viernes, 23 de mayo de 2014

La bestia en la autopista.

El televisor encendido irradiaba sus señales las cuales tomaban forma en aquella pequeña pantalla de 14 pulgadas. Esas imágenes estaban a punto de revelar un hecho increible ocurrido la noche anterior, y que iba a horrorizar a todos los testigos congregados en ese lugar, y tambien a quienes en la distancia pudieran verlo. Al mismo tiempo, esas mismas imágenes iban a producir recuerdos terribles en otras personas, lejos de alli en ese momento, pero que sin duda alguna reconocian en ese paisaje de cielo limpio, el marco inadecuado de la mas terrible noche de sus vidas.
Aquel hogar estaba cargado de modestia y austeridad en cada metro cuadrado de su interior. Los escasos muebles sin duda presentaban mas de una reparacion, pero aun se mantenian firmes sobre sus patas de madera. Los adornos o accesorios, como floreros, portarretratos o lamparas, se mostraban aislados, y cubiertos de colores opacos, pudiendo pasar inadvertidos delante de los muros azulados que rodeaban la habitación. Una puerta de madera se erguia sobre el extremo derecho, y se mantenia entreabierta, permitiendo ver el interior, o mejor dicho apenas vislumbrarlo: era una habitación conyugal, cuya cama de dos plazas se encontraba tendida con sumo cuidado, mientras que en el piso, unas pantuflas negras se alineaban juntas una a la otra, mostrando apenas las puntas, en una disposición que parecia ser sagrada para quien viviese alli.
Los habitantes de esta vivienda eran una pareja de ancianos, cuya presencia aquella mañana tenia un aspecto agobiado, y una expresión en cada rostro que bien podria haber sido dibujada por la tristeza y el cansancio. Sus nombres eran Emilio y Jacinta, y conformaban un matrimonio de mas de cuarenta años. Formaron una familia muy conservadora. Su unico hijo llamado Alberto, cuya edad actual era de treinta años, tenia grabada en su conducta las prudentes normas de vida que sus padres le inculcaron desde pequeño. Con ellas alcanzó la adultez y asimismo el éxito profesional en el rubro de ventas farmaceuticas, impulsado ademas por su talento en los negocios y por su elogioso esfuerzo diario.
Todo el cuidado y preocupacion de ambos ancianos habia dado sus frutos. Su hijo era uno de los mas respetados ejecutivos en su rama, y ellos eran practicamente los vecinos notables de aquel pequeño poblado montañoso. Esta distinción les habia impedido salir de aquel ambiente rural, pues era su tierra, su hogar, alli habian concebido al pequeño Alberto, habian crecido tanto él como ellos en el negocio maderero y dentro de la comunidad, siendo muy queridos y respetados por todos los demas.
Desgraciadamente, el mundo mas alla de aquellos paisajes resultó mas peligroso y corruptor de lo que imaginaron.
Y todo se debió a una sola persona
Fue esa mujer la causante de todo...
Un verdadero demonio...
Una bestia ...que merecia morir
Los sonidos y la imagen que la televisión se empeñaba en mostrar, adquirieron importancia en medio del silencio que reinaba en el resto de la habitacion. El mundo quedó reducido a un cuadro de dos dimensiones, en el cual podia verse un panorama rural y sencillo, pero a la vez cubierto por una extraña sensación que parecia flotar en el ambiente. Una carretera se encontraba bloqueada por vehículos patrulleros y en especial por dos unidades de bomberos. Los uniformes rojos se movian a toda prisa, de un lado a otro, los cascos relucian bajo los rayos del sol en aquella mañana de primavera. Luego, un primer plano en la pantalla permitió ver a un sujeto vestido de saco y corbata, en actitud controlada, mientras narraba lo que acontecia a su alrededor. Algunas palabras como “accidente”, “automóvil abandonado” y “sangre derramada” se desprendieron de sus labios, sin que por ello su rostro cambie de expresión, ni su mirada deje de quedar fija en el objetivo que tenia enfrente. Luego, aquel encuadre empezó a desplazarse, dirigiendose hacia lo que lejanamente podia verse era un vehículo volkswagen, volcado fuera del camino, semihundido en la zona forestal que se encontraba al costado de la carretera. Llegados y puesta la camara delante de aquel armatoste, se mostraba que la parte delantera del automovil se encontraba hecha pedazos; el asiento del chofer estaba aplastado contra los fierros del tablero, completamente cubierto de sangre, según confirmó el elegante narrador de lo acontecido. Era claro para los presentes que el vehículo habia impactado con algo, y tras perder el control terminó su embestida en este punto del camino. Sin embargo, un hecho extraño en esta situación era que no habia señal alguna del conductor, quedando todo como si se hubiese volatilizado del lugar.
La frase “En vivo” se mostraba en letras blancas y a buen tamaño en la esquina superior derecha de la pantalla, ademas de una serie de logotipos que se ubicaban en los demas extremos. Repentinamente en medio de aquel escenario apareció el rostro de un policia, el oficial a cargo de investigar el hecho. Usaba lentes oscuros, un sombrero, bigote recortado, y en su rostro se distinguian una par de cachetes redondos. Su presencia denotaba alguna agitación, pues se encontraba recorriendo el lugar durante un buen rato. Tras declarar algo poco entendible debido al sonido ambiental, el cual se hacia cada vez mas fuerte, aquel oficial mostró interes en que la camara lo siga, encaminandose a toda prisa varios metros hacia el costado izquierdo de la pista. A continuación, la imagen empezó a moverse en forma convulsiva, compartiendo la agitación de todos aquellos que de igual modo eran captados en singular carrera, corriendo al lado del policia regordete, produciendo esa extraña sensación de encontrarnos al lado de ellos, mientras que el panorama que tenemos delante se nos presenta agobiante y a la vez incierto.
De repente, el camino recorrido a marcha veloz permitió a la camara registrar algunas grandes manchas de color rojo oscuro, esparcidas sobre el asfalto de la carretera y que parecian brillar con mas intensidad bajo los calidos rayos del sol. Eran señales inconfundibles de profunda violencia manifestada en aquel lugar, teniendo a los arboles y a la maleza rodeando aquello, por lo que podria pensarse que aquel paisaje natural habia quedado impregnado de una huella de maldad que flotaba en el ambiente.
Mas adelante, empezó a notarse un pequeño tumulto de personas al costado de la pista. Unos hombres formaban un irregular circulo alrededor de algo, cubierto aun del alcance visual, por lo que el sujeto de saco y corbata hizo señas a la camara, haciendo que el encuadre se esfuerce en acercarse lo suficiente. Algunas miradas que se encontraban ocultas del luminoso sol bajo sus sombreros se volvieron hacia el lente, y lo que reflejaron con suficiente nitidez fue un profundo miedo y un total desconcierto; un temor que aguijoneaba en el rostro macizo de estos hombres de campo, en forma notoria atravesando aun a aquellos que portaban gafas, lo cual determinó un primer plano completamente perturbador.
La voz del oficial se dejó oir mas claramente, pero relatando en forma torpe algo que tenia que ver con aquello que yacia sobre el asfalto. Algo que permanecia mortalmente quieto, pero cuya presencia no dejaba de ser escalofriante. La imagen del monitor empezó a rodear aquello que resultaba ser un cuerpo, permitiendo apreciar una masa cubierta de pelaje negro, brillante, e impregnado en varias partes de sangre seca, según podia distinguirse, adherida a lo que, claramente, era el lomo de un animal inmenso. Se encontraba de espaldas, pero tras llevar la imagen por encima de aquella masa pudo notarse nitidamente un craneo gigantesco cubierto de gruesos pelos, como puas hechas de alambre, unido a una mandibula de proporciones monstruosas que se encontraba entreabierta, y mostraba los colmillos, feroces como cuchillas de una maquinaria, cubiertos de sangre y saliva, que incitaban a pensar en un olor fetido que escapaba a traves de la pantalla, y a la vez que una lengua viscosa y descomunal quedaba libre y caida sobre la fria piedra del suelo. La mirada animal, de pupila negra y de forma casi vertical, puesta sobre una orbita amarillenta, estaba fija en el cielo azul, como si se elevara por encima del cielo en forma desafiante, lanzando una maldicion a todo aquel que fuese testigo de su infortunio. Era una mirada poderosa e implacable como la muerte, la misma muerte que la envolvia. El lomo estaba bañado en sangre espesa y dura a esas horas de la mañana, el piso bajo aquella montaña era una laguna roja y hedionda, sin forma definida, que ya no se expandia a ningun lado, pero que impresionaba como parte de aquel escenario malsano...
Continuara!

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